¿Qué guardo? Papel, más que nada, papel y palabras. Libros,
cuadernos y hojas sueltas; lecturas, escritos y anotaciones varias. Desde
pequeña soy lectora entusiasta, incluso compulsiva, pero además me gusta -como
decía Pessoa- palabrear:
«Me gusta decir. Diré mejor: me
gusta palabrear. Las palabras son para mí cuerpos tocables, sirenas visibles,
sensualidades incorporadas.»
Y palabreo, de una u otra forma,
en cualquier momento, en cualquier lugar... Porque estoy hecha de palabras, que
corren por mis venas, laten en mi corazón, aletean en mi alma.
La manera de dar vida a las
palabras es usarlas y compartirlas; si no, es como si languidecieran en los
blancos ataúdes de las páginas que nadie lee. Por eso las comparto.
Apuntes, fragmentos, esbozos;
citas y notas de escritores y para escritores, sobre la escritura y para la
escritura. Todo cabe aquí, en estos cajones que he empezado a abrir.
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