Cocinar, a veces, me relaja. Al menos cuando tengo tiempo para hacerlo a placer, es decir, los fines de semana sobre todo. La cocina “de diario”, la que se hace a toda prisa porque el tiempo aprieta pero luego tiene que reposar en una fiambrera casi un día, para comerla en el trabajo con la lengua afuera, no. Ésta me tiene derrotada, me he rendido a mi incapacidad para los malabares domésticos de lunes a viernes. Sin embargo, al llegar el sábado, me entra el ánimo caprichoso y empiezo a discurrir algún plato diferente. Admito que ,de todas las ideas que pasan por mi cabeza, la mayoría se disuelven en el aire y no llegan a ponerse en práctica aunque, de tanto en tanto, la ocurrencia toma cuerpo e incluso sale algo bueno de ahí.
El otro día, por ejemplo, cuando buscaba un brécol para prepararlo al vapor, me topé con un paquete de calabaza cortada y envasada al vacío que me hizo sentir un chispazo instantáneo. De repente me apetecía guisar aquella misma calabaza con curry. Imaginé el contraste de sabores, ese toque dulce con la intensidad de las especias. Y la eché al cesto casi con rapacidad. Me llevé también unos calabacines y una berenjena mientras, mentalmente, iba dibujando el guión de la receta. Al final, mereció la pena el cambio de idea.
VERDURAS EN SALSA DE CURRY Y COCO
Ingredientes:
- Calabaza, calabacín y berenjena cortados en trozos grandes.
- Un bote de crema de coco (lo compro en la zona de comida latinoamericana)
- Una cucharada rasa de aceite (yo usé una que tengo aromatizada con guindilla y ajo, que le da un regustillo picante, no demasiado)
- Una cucharada generosa de curry, una cucharadita de jengibre molido o rallado, cilantro y cebollino picados.
- Un tazón de arroz basmati cocido y escurrido
- Pasas y frutos secos picados, al gusto
- Unas gotas de aceite de sésamo (si no se encuentra, usar de girasol)
Preparación:
En una cazuela, rehogué las verduras troceadas en una cucharada de aceite durante unos minutos, a fuego vivo, y luego lo bajé a temperatura moderada. Después añadí la crema de coco, las especias y las hierbas para dejarlo cocer suavemente, removiendo para que se mezclara bien.
Mientras se hacían las verduras, preparé la guarnición salteando en una sartén, con unas gotas de aceite de sésamo, el arroz ya cocido y los frutos secos elegidos (en plan cómodo, los que utilicé venían ya troceados y mezclados en un bote).
En 20-30 minutos, las verduras ya estaban listas para el éxito: sólo quedaba servirlas en el plato con la guarnición (yo la puse aparte, pero al final nos fuimos animando y lo mezclamos todo). ¡Estaba delicioso!
Si os animáis, no dejéis de contármelo…